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domingo, 11 de mayo de 2014

Hay días

Hay días en que necesito incluso desaparecer de mi misma, esos días en que el teclado del ordenador anda medio adormecido en espera de perdurables horas, a que pulse el botón del encendido. Pero hay tardes, que camino hasta un parque cercano, con la necesidad de escuchar el silencio. Allí, sentada en lo más apartado del lugar, donde los pocos transeúntes pasan con prisas, miro al cielo, en las nubes dibujo caras de las  personas que amo, algunas ya no estás entre nosotros, otras viven lejos. Vivo solo para mí con infinito descaro, estas horas que me permiten soñar en caminos lejos del mundo.

Hay un lugar especial en mi corazón al cual me deslizo, mi libreta me acompaña, en ellas mis personajes dormidos esperando que yo les de permiso para  salir y juntos escribamos otro capítulo más… unas cuantas horas, antes de que el cielo haya oscureciendo vuelvo y me entrego a mi rutina.


Silencio grito bajito a los que conviven en la libreta, mientras introduzco la llave, unos breves segundos después el calor de mi hogar me vuelve a la realidad. 

Besitos de caramelo

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